-Habíase una vez una reina que era muy infeliz porque había hecho el juramento, durante una grave enfermedad, de no hacer nunca más un sesenta y nueve.
-¡Oh, tú nunca habrías sido capaz de jurar una cosa así! ¿No crees, mamá?
-Entonces invocó a un hada buena y le dijo que su boca tenía muchas ganas de chupar la polla del rey y que su coño tenía muchas ganas de ser lamido por la lengua del rey. Le preguntó cómo podía saltarse el voto sin violarlo.
-Ya lo creo, debía estar que escocía.
-Entonces el hada dijo a la reina: “Frótese la boca y el coño con el ungüento que voy a darle; su boca se volverá coño y su coño se volverá boca. Así, en la posición normal, usted chupará y será chupada”.
-Pues yo, me habría frotado sólo la boca. Un coño más, nunca es demasiado.
-Es lo que hizo. Has adivinado.
Pierre Louÿs, 24 de agosto de 1894
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